Actualizaré en esta entrada del blog, cualquier información que a mi juicio pueda ser de interés público, incidiendo especialmente en las relacionadas con problemas cardiológicos.
Antes que nada decir que, hasta lo que hoy se sabe, todos las personas tienen el mismo riesgo de contraer la infección, aunque existen grupos con más probabilidad de desarrollar la enfermedad y que esta pueda ser más grave.
1/8/2020
EL OMEPRAZOL PUEDE AUMENTAR EL RIESGO DE INFECCIÓN POR SARS-CoV-2
Los fármacos inhibidores de la bomba de protones (IBP), también conocidos como los “prazoles” son medicamentos ampliamente usados en la población general con el fin de tratar la pirosis (acidez gástrica), el reflujo gastroesofágico o como “protectores gástricos”. En este grupo está el muy conocido omeprazol, entre otros.
A estos fármacos se les ha relacionado con múltiples efectos secundarios no confirmados en posteriores estudios, como fracturas óseas y enfermedad renal crónica. También se les ha relacionado con un aumento del riesgo cardiovascular
Se ha confirmado que la utilización de estos fármacos aumenta un 33% el riesgo de infecciones intestinales.
La razón es porque estos fármacos producen hipoclorhidria; una disminución de la secreción de ácido clorhídrico en nuestro estómago, que es fundamental en el proceso de la digestión y también útil en la función defensiva frente a microorganismos que ingresan en nuestro cuerpo por vía digestiva.
El ácido clorhídrico produce una disminución del pH del estómago por debajo de 3, lo que representa un entorno muy hostil para la supervivencia de la mayoría de microorganismos. Entre ellos se encuentra el virus SARS-CoV-1, que es muy parecido al responsable de la pandemia actual.
Por todo ello, un gupo de trabajo de dos hospitales en Los Ágeles y Ann Arbor, han publicado recientemente un estudio observacional para evaluar el riesgo de tener una infección por SARS-CoV-2 en pacientes que estaban en tratamiento con IBP.
Los resultados fueron que los pacientes en tratamiento con IBP presentaban más tasas de infección por el virus. El riesgo más alto lo tenían los paciente que tomaban la medicación dos veces al día, cuadriplicando el riesgo de los que no tomaban esos fármacos.
Por todo ello se aconseja no tomar IBP a menos que sea realmente necesario y en el caso de tener que tomarlos, hacerlo a las dosis más bajas efectivas.
17/06/2020
DEXAMETASONA Y COVID-19
Existe un estudio comprueba la utilidad, en los casos graves de COVID-19, de un fármaco que ya se utilizaba desde las pocas semanas del inicio de la pandemia: la dexametasona.
Como ya se pensaba es útil en la fracción de pacientes que presentan la llamada «tormenta de citoquinas». Dicha complicación es la responsable de la mayor gravedad de la enfermedad. La que lleva a la intubación del paciente y enalgunas ocasiones al su fallecimiento.
Se produce por una desmesurada reacción inmunitaria del paciente, que además de atacar al virus, produce lesiones en los tejidos propio del paciente, principalmente los pulmones.
La dexametasona, como el resto de los corticoides y como el tocilizumab, disminuyen esa respuesta inmunitaria y son útiles en esa fase de la enfermedad.
12/05/2020
COVID-19 y ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR
Nuevas consideraciones sobre COVID-19 y pacientes con enfermedad cardiovascular
La COVID-19 es una enfermedad leve en la mayoría de las personas, pero en algunos puede progresar a una una afectación respiratoria severa, caracterizada por un síndrome hiperinflamatorio (también llamada tormenta de citoquinas), fallo multiorgánico y muerte.
En el pulmón, la espícula de glucoproteína vírica interactúa con el receptor de la angiotensina-2 y se mete en la célula por endocitosis.
Los factores asociados con un aumento de la mortalidad en los pacientes hospitalizados son:
- ser varón
- edad mayor de 65 años
- enfermedad coronaria
- insuficiencia cardiaca
- arritmia cardiaca
- enfermedad pulmonar obstructiva crónica
- ser fumador activo
No existen indicios de que el tratamiento con los fármacos para la hipertensión denominados IECAs (inhibidores de la enzima de la conversión de la angiotensina) ni los ARA-2 (antagonistas de los receptores de la angiotensina 2) puedan aumentar el riesgo de los pacientes que los toman. Existe incluso un estudio que, junto a las estatinas, les adjudican un papel protector.
Tampoco tratamientos para la diabetes, antiagregantes plaquetarios ni beta bloqueantes suponen ningún riesgo para los pacientes que los toman.
Las mujeres tienen un mejor inmunidad y resistencia a los virus que los varones. Esa es la razón de que tras la extirpación de los ovarios o del tratamiento con antagonistas de los receptores de los estrógenos aumentaba la mortalidad de animales hembras infectadas por SARS-CoV-1.
En cuanto al tratamiento del SARS-Cov-2 sólo el remdesivir (antivírico inicialmente utilizado para el tratamiento del Ébola) ha demostrado cierta eficacia. Los tratamientos con hidroxicloroquina y azitromicina no han demostrado una mejor evolución de los pacientes infectados.
Diabetes e hipertensión
Los estudios que nos han llegado de China evidencian que existe una alta proporción de pacientes hipertensos y diabéticos entre los fallecidos de la COVID-19.
La verdad, es que la razón no se ha aclarado y que posiblemente pueda deberse simplemente al hecho de que la prevalencia (incidencia) de la hipertensión y la diabetes entre las personas de más edad, que son las que más se mueren de esta enfermedad, también es más elevada.
Riesgo en pacientes con problemas cardiacos
Se sabe que tienen un riesgo más elevado de presentar una mala evolución de la COVI-19 los siguientes pacientes
- Inmunodeprimidos: los transplantados, los que reciban quimioterapia o radioterapia extensa. También los pacientes con leucemia o linfoma y que presenten una enfermedad cardiaca.
- Personas de mayor edad (más de 60 -70 años). Ancianos frágiles y embarazadas con enfermedad cardiovascular.
- problemas cardiacos como la insuficiencia cardiaca, miocardiopatía dilatada, miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho y paciente con cardiopatía congénita cianótica.
- También los pacientes con miocardiopatía hipertrófica obstructiva.
- Los pacientes con síndrome de Brugada son particularmente vulnerables a arritmias fatales cundo la temperatura corporal supera los 39ºC, por eso deben de ser tratados de una forma agresiva para disminuir su temperatura corporal en caso de padecer la enfermedad.
No existe evidencia que el virus pueda infectar marcapasos ni desfibriladores o que pueda causar endocarditis (infecciones valvulares) en paciente que presenten problemas en las válvular cardiacas.
9/4/2020
Aquí os pongo el enlace de una excelente guía (en inglés) de lo que hay que saber en relación al COVID-19 y el corazón. En ella hay desde consideraciones generales a específicas de algunas cardiopatías, medidas preventivas, dudas acerca de la medicación y ayuda sobre la forma de encontrase mejor emcionalmente.
18/3/2020
ESTABILIDAD DEL VIRUS SARS-CoV-2 en diferentes superficies
Un reciente estudio demuestra que la viabilidad del virus más prolongada es en acero y plástico, que llega a ser de hasta 72 horas. En cambio, la viabilidad en cobre (monedas) no es superior a las 4 horas ni a las 24 horas en cartón.
17/3/2020
IECAs / ARA-2 y COVID-19
Un reciente estudio publicado en la revista European Heart Journal concluye que, según los datos actuales, los tratamientos con IECAs o ARA-2 deben mantenerse en pacientes con hipertensión, infarto de miocardio e insuficiencia cardiaca sin son tolerados, sin tener en cuenta el virus SARS-CoV-2. No se recomienda la retirada de estos fármacos, ya que hacerlo puede incluso aumentar la mortalidad en pacientes COVID-19 críticos.
Con respecto al posible riesgo aumentado, tanto de desarrollo de la enfermedad como de mayor gravedad de la misma, de los pacientes hipertensos en tratamientos con IECAs (captopril, enalapril, lisinopril, ramipril, fosinopril,…) o con ARA-2 (losartan, candesartan, valsartan, olmesartan, irbersartan, telmisartan,…) estas son las últimas recomendaciones:
El día 17 de marzo, el American College of Cardiólogy (ACC), la American Heart Association (AHA) y la Heart Failure Society of America (HFSA), hicieron una declaración a este respecto.
«En este momento no hay datos experimentales ni clínicos que demuestren efectos adversos o beneficiosos con el uso de IECAs, ARA-2 ni otros inhibidores del sistema renina-angiotensina durante la actual pandemia por COVID-19, ni tampoco entre los pacientes enfermos de COVID-19 con historia de enfermedad cardiovascular y tratados con estos agentes. La HFSA, ACC y AHA recomiendan la continuación de este tipo de fármacos para los pacientes que los estuvieran tomando para cualquiera de sus indicaciones como insuficiencia cardiaca, hipertensión o cardiopatía isquémica. En el caso de pacientes con COVID-19, se tomarán decisiones individualizadas dependiente de la situación hemodinámica de cada paciente y de la presentación clínica. Por lo tanto, se recomienda no añadir ni quitar ninguno de estos fármacos más allá de las acciones basadas en la práctica clínica estándar.
Según las últimas declaraciones al respecto, del 13 de marzo, de la Sociedad Europea de Cardiología, se recomienda no suspender estos tratamientos, dada la inexistencia de evidencia que apunte a ese riesgo incrementado
También la Agencia española de Agencia española de medicamentos y productos sanitarios, con fecha 16 de marzo, publica lo siguiente:
Ante la aparición de algunas publicaciones sugiriendo que el tratamiento con antihipertensivos del tipo IECA y/o ARAII podría ser un factor de riesgo de gravedad para pacientes hospitalizados infectados con el COVID-19 o que el tratamiento con ARAII podría actuar como factor de protección, la AEMPS recomienda:
- Los pacientes en tratamiento con medicamentos de estos grupos deben continuar con el tratamiento, sin que actualmente esté justificada una modificación del mismo.En los pacientes con infección por COVID-19 con síntomas severos o sepsis, tanto los antihipertensivos que actúan sobre el sistema renina angiotensina como otro tipo de antihipertensivos, deben de manejarse de acuerdo con las guías clínicas, teniendo en cuenta la situación hemodinámica del paciente.
16/3/2020
IBUPROFENO y COVID-19
Según nota de prensa del 15 de marzo de la Agencia española de medicamentos y productos sanitarios ningún dato indica que el ibuprofeno agrave las infecciones por COVID-19.
Añade que:
La posible relación entre la exacerbación de infecciones con estos ibuprofeno y ketoprofeno se están evaluando para toda la Unión Europea en el Comité de Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia.
Los pacientes que estén en tratamiento crónico con ibuprofeno o ketoprofeno no deben interrumpirlo
Las guías recomiendan como primera alternativa el uso de paracetamol para eltratamiento de la fiebre pero no está contraindicado el uso de ibuprofeno en el tratamiento de síntomas menores