Aprovechando la publicación de la Guía de práctica clínica de la Academia Americana de Pediatría sobre la hipertensión en la infancia de este mes de agosto, creo que es necesario recordar que nuestros hijos pueden ser hipertensos sin saberlo y sin dar ningún tipo de síntomas.
Numerosos estudios han demostrado que cifras elevadas de tensión arterial en la infancia aumentan el riesgo de hipertensión persistente en el adulto y de síndrome metabólico (obesidad central, aumento de triglicéridos, descenso del HDL colesterol, HTA y aumento de glucosa en sangre), así como de un aumento de la velocidad del envejecimiento de las arterias (aterosclerosis).
Estas guías recomiendan el control anual de todos los niños/as a partir de los tres años de edad o en cada encuentro médico si existen factores de riesgo añadidos para el desarrollo de hipertensión (obesidad, medicación, enfermedad renal, coartación o diabetes).
¿Cuales son los valores tensión arterial normales en los niños?
Las cifras de tensión arterial van aumentando normalmente con el crecimiento y la edad del niño. En estas guías se proponen tablas al respecto, considerando no ya el peso, sino la talla del niño y también otras simplificadas según su edad. Para quien le interese, se encuentra también en las Guías publicadas.
Como regla general, definiremos hipertensión según los percentiles obtenidos de las tablas anteriores hasta los 13 años. Después de esta edad y hasta los 18 años ya se relacionan con los criterios de las Guías de hipertensión del 2017 de la American Heart Association and American College of Cardiology en el adulto.
Valoración de la presión arterial en niños de entre 1 y 18 años
PA: presión arterial. HTA: hipertensión arterial
Tampoco es necesario realizar un electrocardiograma de rutina a los niños hipertensos, dada su baja sensibilidad y especificidad (no es un método fino para la detección de la alteración cardiaca debida a la hipertensión).
En cambio, sí se aconseja la realización de un ecocardiograma para descartar la existencia de cambios en el corazón debidos a la hipertensión (hipertrofia ventricular izquierda). Este estudio se debe repetir cada 6 a 12 meses para ver la evolución de la afectación cardiaca después de recibir tratamiento.
Por otra parte, se recomienda la realización de monitorización de la presión arterial durante 24 horas (MAPA) si existen dudas sobre si la presión arterial está o no elevada o sobre el posterior control de la misma con el tratamiento.
Los autores de esta guía reconocen la importancia de las medidas higiénico – dietéticas (modificación de la dieta, actividad física, pérdida de peso y disminución del estrés) para prevenir el desarrollo de hipertensión. Si estas medidas no son suficientes para controlar las cifras de tensión arterial se deberá iniciar tratamiento farmacológico.
El objetivo del tratamiento de estos niños hipertensos, ya sea farmacológico o no, será mantener cifras de tensión arterial por debajo del percentil 90 para su edad y talla, o inferiores a 130/80 mmHg si son mayores de 13 años.
Se aconseja remitir a un adolescente a un médico de adultos para posterior seguimiento a la edad de máxima de 22 años.
Como conclusión, debemos saber que la hipertensión también existe en niños y adolescentes. En la mayor parte de la ocasiones no da síntomas. Es decir; no es posible saber si el niño es hipertenso o no si no controlamos con regularidad su tensión arterial.
Dejar un niño hipertenso sin diagnóstico y por lo tanto sin tratamiento aumentará sus posibilidades de padecer una enfermedad cardiovascular en la edad adulta.
Deja un comentario (sólo del contenido del post)