Coincidiendo la proximidad del Salón erótico de Barcelona que abre sus puertas del 1 al 4 de octubre, aprovecho para intentar solucionar las dudas que se plantean los pacientes que han padecido un infarto de miocardio y dudan sobre la seguridad de volver a mantener relaciones sexuales.
Tener unas relaciones sexuales plenas es uno de los principales aspectos que ocasionan la percepción de una buena calidad de vida a los pacientes portadores de una enfermedad cardiovascular y también a sus parejas, según el Dr. Glenn N. Levine, autor de la declaración científica publicada por la American Heart Association en febrero de 2012.
¿Qué cambios se producen en el sistema cardiovascular durante el sexo?
Según los estudios realizados sobre las relaciones sexuales heterosexuales, durante la excitación inicial y los preliminares se produce un ligero aumento de la tensión arterial sistólica y diastólica, así como de la frecuencia cardiaca. El incremento de estos parámetros es algo superior y alcanza su máxima intensidad durante el orgasmo. Al terminar este, los valores de la tensión arterial y la frecuencia cardiaca regresan rápidamente a los valores basales.
Podríamos decir que en total un coito vaginal con la pareja habitual supone un esfuerzo ligero – moderado. Más específicamente, de 3 a 5 METS aproximadamente subir dos pisos por la escalera). Raramente se superan los 130 latidos / minuto ni los 170 mmHg de tensión arterial sistólica en los pacientes normotensos.
¿Pero, entonces, existe o no un mayor riesgo de padecer un infarto?
Es cierto que este consumo, relativamente bajo, puede repercutir de formas muy diversas en el paciente dependiendo de su edad, condición física y severidad de la enfermedad. También es verdad que estos consumos pueden ser bastante superiores cuando el sexo representa una mayor excitación o mayor actividad física de la habitual, como cuando se realiza entre parejas no habituales o en pacientes, sobre todo de mayor edad, en los que por problemas médicos o
emocionales les es más difícil alcanzar el orgasmo y se esfuerzan mucho más para conseguirlo, aumentando también la exigencia a su sistema cardiovascular.
En general se considera que practicar sexo aumenta 2.7 veces la posibilidad de presentar un infarto, no siendo superior en pacientes que ya han padecido uno. Es algo mayor en pacientes sedentarios (3 veces) y sólo de 1.2 veces en sujetos físicamente activos.
¿Es normal presentar problemas de erección o de frigidez?
Si, es relativamente frecuente y puede estar en relación con efectos secundarios del tratamiento farmacológico prescrito y con problemas psicológicos en relación al miedo a presentar otro infarto o muerte durante el acto sexual.
¿Cuando es seguro retomar las relaciones sexuales después de un infarto?
Después de un infarto no complicado, la actividad sexual normal puede recuperarse, en general, a partir de una semana después de presentarlo, siempre que el paciente se encuentre sin síntomas al realizar actividad física ligera – moderada.
En todo caso, siempre es una buena idea si existen dudas, la realización de una prueba de esfuerzo antes de reanudar la actividad sexual normal.
En conclusión: El sexo después de un infarto es normalmente seguro si se ha realizado un estudio adecuado y el paciente no presenta síntomas al realizar ejercicio físico ligero o moderado. En todo caso, el cardiólogo no está ahí sólo para recetar medicamentos o prescribir procedimientos sino también para aconsejar y resolver todas las dudas que le planteen sus pacientes.
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