Como ya vimos en el post del 25 de noviembre del 2015, el consumo de café de forma moderada disminuye la mortalidad y el riesgo cardiovascular.
Recientemente, ha sido publicado en la revista Heart, un estudio de un grupo chino que reconoce en el té propiedades similares.
En este trabajo se analizaron los patrones de consumo de té a 199.000 varones y a 288.000 mujeres y se les siguió durante una media de 7 años. Al final del seguimiento se documentaron un total de 24.665 eventos en relación con cardiopatía isquémica (angina de pecho e infarto), de los cuales 3.959 fueron graves.
Los pacientes que consumían té a diario (independientemente de la cantidad) tenían un riesgo significativamente inferior de presentar un evento cardiovascular, ya sea grave o leve. Esta asociación era más patente en el entorno rural, en los pacientes no obesos y en los no diabéticos.
El té es una de las bebidas más consumidas en el mundo, aunque no lo sea en nuestro medio. Es rico en polifenoles, en especial flavonoides, que han demostrado poseer propiedades antioxidantes y con capacidad de prevenir o retardar la aterosclerosis. También poseen propiedades antiinflamatorias y antitrombóticas.
En el presente estudio se demuestra que los sujetos que consumían té a diario tenían un riesgo cardiovascular significativamente inferior que los que no lo habían consumido durante el año previo. A diferencia de otros trabajos previos, en los que el efecto protector se conseguía cuando se toman grandes cantidades de té (alrededor de 6 tazas al día), en el presente estudio no se evidenciaba una influencia de la cantidad total de té diario, sino sólo la regularidad.
El mayor beneficio se obtenía entre los que tomaban té desde hace más de treinta años y en los que residían en un área rural, tenían un índice de masa corporal normal o bajo y no eran diabéticos.
Tampoco existieron diferencias significativas en relación a los diferentes tipos de té, aunque es cierto que mayoritariamente se trataba de té verde.
Por último; se concluye que los flavonoides del té son el principal elemento que ejerce un papel determinante en la disminución del riesgo cardiovascular, siendo muy importante su relación con la microbiota del individuo, ya que de su interacción surgen sustancias mucho más activas desde el punto de vista biológico. En este caso como en el la obesidad, la diabetes o la enfermedad cardiovascular se está constatando, cada vez más, la importancia de la cantidad y composición de la microbiota individual.
En conclusión: tanto el té como el café son infusiones ricas en flavonoides, sustancias antioxidantes que pueden ser las responsables de la disminución del riesgo cardiovascular que experimentan sus consumidores.
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