Esta semana me hago eco de un interesante artículo publicado en la revista Hypertension, del Dr. Costantino Ladecola.
Todos sabemos que la hipertensión es un importante factor de riesgo cardiovascular que produce aterosclerosis y eventos vasculares como el ictus o el infarto de miocardio.
Sin embargo, es menos conocido que la hipertensión, al estrechar las arterias de nuestro por la aterosclerosis, también afecta de otras formas a nuestro organismo, ya que reduce el flujo sanguíneo de forma crónica en múltiples territorios, como por ejemplo a nivel renal y cerebral.
En este artículo se intenta clarificar la asociación de la hipertensión durante la etapa media de la vida y la aparición de demencia a edades avanzadas.
Ya desde 1960 se conoce que la hipertensión se asocia a gran variedad de déficits cognitivos, con reducción del razonamiento abstracto, pérdida de memoria, déficit de atención y enlentecimiento de los procesos mentales. El exponente máximo de esta afectación cognitiva es la devastadora demencia vascular. También existe cada vez mayor evidencia de que la hipertensión es un factor de riesgo para la aparición de enfermedad de Alzheimer.
¿Cuanto tiempo se necesita tener hipertensión para aumentar el riesgo de demencia tardía?
Aunque la demencia como tal aparece en edades avanzadas, se sabe que el deterioro cognitivo empieza precozmente, incluso un año después del inicio de la hipertensión.
¿Por qué la hipertensión produce demencia?
La hipertensión produce daños a la sustancia blanca cerebral, por afectación de sus vasos sanguíneos con la aparición de microhemorragias y microinfartos cerebrales, así como falta de adecuado flujo de sangre al cerebro. También produce atrofia de la corteza cerebral y pérdida de volumen de la sustancia gris, de forma selectiva en el lóbulo frontal. La hipertensión también está muy relacionada con la apnea del sueño, que a su vez es otro importante factor de riesgo para el desarrollo de demencia, producida por la falta de oxígeno intermitente y crónica que ocasiona.
Aunque no existen dudas del papel de la hipertensión en la aparición de demencia a edades tardías, se desconoce si el tratamiento de esas cifras elevadas de tensión arterial en la mediana edad prevendría la posterior aparición de demencia.
Recientemente, la American Heart Association ha realizado una declaración al respecto. Concluye que, aunque después de una revisión cuidadosa de todos los estudios al respecto, no existen suficientes datos basados en la evidencia para hacer recomendaciones, parece justificado intentar proteger la salud vascular y de esa forma, la salud mental.
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