Los fármacos conocidos como inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol, esomeprazol, lansoprazol, rabeprazol) son ampliamente utilizados para tratar el reflujo gastroesofágico, la úlcera gastro-duodenal, algunas gastritis, para prevenir lesiones gástricas producidas por algunos medicamentos (AINEs) e incluso se utilizan para tratar simplemente la acidez de estómago.
El omeprazol es el medicamento genérico más vendido en España, según el informe anual del Sistema Nacional de Salud correspondiente al año 2013. Le siguen el paracetamol y la simvastatina (fármaco para el colesterol).
Ya desde el año 2009 se tiene conocimiento de que este grupo de fármacos, los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol, esomeprazol, lansoprazol y rabeprazol) aumentaban el riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio.
Inicialmente se pensó que este riesgo aumentaba exclusivamente en los pacientes que ya presentaban una cardiopatía isquémica (infarto de miocardio, angina de pecho) y que tomaban un fármaco protector del corazón llamado clopidogrel. Según lo que entonces se pensaba, estos fármacos inhibían la acción protectora del clopidogrel (un antiagregante plaquetario) y por esa razón aumentaba la incidencia de infarto en estos pacientes.
Unos meses después se realizó un estudio que demostró que el grupo de fármacos del omeprazol no interfería con la acción del clopidogrel y el siguiente año (2010) se publicó un estudio en el que se evidenciaba un aumento del riesgo de padecer un infarto en todos los pacientes que padecían una cardiopatía isquémica y que tomaban fármacos del grupo del omeprazol, independiente de que tomaran o no clopidogrel.
Un reciente estudio de este mismo mes de junio, concluye que el grupo de fármacos llamados inhibidores de la bomba de protones aumentan el riesgo de padecer un infarto de miocardio en la población general, no sólo en pacientes con alto riesgo cardiovascular o en pacientes que siguen algún tratamiento para problemas cardiacos, sino en toda la población; incluso en pacientes sin enfermedad cardiovascular conocida.
Existe otro grupo de fármacos que aparecieron años antes, los anti-H2 (cimetidina, ranitidina, famotidina, nizatidina) que también disminuyen la acidez gástrica y que se utilizan para las mismas indicaciones que los inhibidos de la bomba de protones. Fueron desplazados rápidamente por los fármacos del grupo del omeprazol por su mayor potencia y efectividad.
Estos fármacos, en cambio, no aumentan el riesgo de padecer infarto de miocardio en los pacientes que los consumen. Por lo tanto, el efecto nocivo del omeprazol no parece estar asociado a su efecto de disminución de la acidez gástrica, sino aparentemente con la inhibición de la actividad de la dimetil arginina dimetilaminohidrolasa (DDAH), una enzima necesaria para la salud cardiovascular.
En conclusión: según los datos aportados por este importante estudio, el uso de los fármacos conocidos como inhibidores de la bomba de protones se asocia a aumento del riesgo de padecer un infarto de miocardio en la población general.
Joseph dice
Y que pasa si tomo al mismo momento, omeprazol y losartán potásico?
Maria dice
Gracias!!