Hoy me voy a referir a la segunda de las presentaciones referentes al ayuno / restricción calórica, que se presentó en el reciente congreso de la Sociedad Europea de Cardiología.
En esta ocasión el ponente fue el Dr. Abdellatif, del departamento de cardiología de la Universidad de Graz, en Austria
En su presentación apuesta a que al contrario del pensamiento popular de que tenemos un tiempo de vida fijado y que una vez que llega no se puede retrasar, la vida sí es posible prolongarla.
De hecho, en Europa hemos pasado de una expectativa de vida de 35 años en 1870 a 80 años en la actualidad. Es cierto que es un dato confuso, ya que en su cálculo tiene mucho peso la disminución de la mortalidad infantil y de las personas jóvenes que morían prematuramente de enfermedades que en la actualidad se curan; pero sí nos muestra el espectacular avance en la salud de los últimos 150 años.
Por otra parte, sí es cierto es que en la actualidad, algunas estimaciones creen que un recién nacido ahora podría vivir hasta los 142 años.
Basándonos en el post previo, ya vimos que teníamos muchas razones para pensar que el ayuno puede alargar la vida. Esto ha sido demostrado en bacterias, hongos, gusanos, roedores y primates, aunque no en humanos. Pero existen datos que nos hacen pensar que este efecto también se produce en nuestra especie.
El Dr. Abdellatif personalmente cree que lo realmente importante no es la restricción de calorías, ni siquiera la pérdida de peso; sino la reducción del aporte de energía a la célula durante un tiempo prolongado: es decir el ayuno. Esto activa una serie de mecanismos homeostáticos en la célula, entre ellos la autofagia, que produce una limpieza de las células defectuosas, un rejuvenecimiento y prolongación de la vida.
Los efectos más favorecedores se han comprobado a nivel cardiovascular.
¿Existe alguna otra forma de alargar la vida, que no implique pasar hambre?
Existe un compuesto, que imita alguno de los efectos de la restricción calórica: la espermidina.
Es una poliamina natural que inicialmente fue aislada en el semen humano (de ahí su nombre) y que es abundante en muchos alimentos, entre los que destacan los granos integrales (pan integral), las nueces, la soja y el brócoli. Esta sustancia es esencial para el crecimiento y la supervivencia de la célula y disminuye en nuestro cuerpo con la edad.
El efecto común de la restricción calórica y de la espermidina, que se piensa es el principal responsable en el retraso del envejecimiento, es la capacidad de ambos para aumentar la autofagia celular.
La autofagia digamos que es un proceso de limpieza celular, por el cual las células envejecidas o dañadas son destruidas y reemplazadas con nuevas células. Podríamos decir que es un proceso de reciclaje celular.
Tras alimentar ratones con espermidina se evidencia una prolongación del 50% de su expectativa de vida, una disminución de la presión arterial, de la hipertrofia cardiaca, una preservación de la función diastólica, una mejora de la función mitocondrial y en resumen un rejuvenecimiento de las células del músculo cardiaco (cardiomiocitos). También se determinó que era capaz de prevenir la fibrosis hepática y el cáncer hepatocelular Se comprobó que todas estas acciones eran debidas a un aumento de la autofagia celular.
¿Es útil la espermidina en humanos?
Pues no es posible dar una respuesta concluyente, porque no existen hasta la fecha estudios clínicos al respecto. Pero sí existe algo parecido: los estudios de cohortes.
Se analizaron poblaciones con mayor aporte de espermidina en su alimentación y se vio que tenían un menor riesgo cardiovascular, una menor presión arterial, una reducción de la mortalidad por insuficiencia cardiaca y también una reducción de la mortalidad por cualquier causa.
A pesar de que tanto la espermidina como el ayuno prolongado aumentan la autofagia y prolongan la vida, el Dr. Abdellatif también piensa que en el ayuno puede existir, además, activación de otros mecanismos no bien conocidos y también beneficiosos para retrasar el envejecimiento.
Como conclusión: la espermidina imita al ayuno en mecanismo de acción y efectos, aumenta la esperanza de vida y protege al corazón frente al envejecimiento.
Gustavo Arana Quiñones. dice
HAY ESTA EL PRINCIPIO DEL SECRETO DE LA LONGEVIDAD PROLONGADA: EN LA CÉLULA ESPERMIDINA Y EL AYUNO INTERMITENTE.LA CLAVE ES EN LA CONTINUIDAD DE APLICARLOS. GAQ.