Es ampliamente sabido que la diabetes es uno de los más importantes factores de riesgo cardiovascular. Según una reciente presentación en una American College of Cardiology Scientific Session, de este mes de mayo, la prediabetes también lo es.
Se definió prediabetes como el hallazgo de un nivel de hemoglobina glicosilada en sangre mayor de 5.7%. Supone que tenemos la glucosa en sangre ligeramente elevada pero sin llegar a los límites establecidos como diabetes.
En general, no damos mucha importancia a tener la glucosa en sangre algo elevada y solemos achacarlo a haber tenido una reciente transgresión dietética, no haber ayunado suficientes horas antes de la analítica o a estar con alto nivel de estrés o ansiedad. Son tantos nuestros objetivos para mejorar nuestra salud, como llevar una dieta saludable, hacer ejercicio físico, no fumar ni tomar alcohol en exceso, no tener sobrepeso y controlar nuestro nivel de tensión arterial y colesterol en sangre, que no damos demasiada importancia a una ligera elevación de la glucosa en sangre. Es común interpretar la prediabetes como algo que está por llegar, pero que aún no nos está perjudicando, porque aún no somos diabéticos.
De ahí la importancia de la reciente comunicación en el congreso del American College of Cardiology. En ella se evidencia que las personas que tiene una prediabetes, ya tienen casi el doble del riesgo cardiovascular que las que no lo tienen.
La población con prediabetes tiene un riesgo mucho mayor de presentar un ictus, un infarto de miocardio o un síndrome coronario agudo. De hecho, ya se recomienda el cribado de la población para descartar prediabetes a los 40 años, cuando previamente era a los 55.
La prediabetes, al igual que la diabetes tipo 2, se previene con una dieta saludable, baja en alcohol, azúcares e hidratos de carbono de alto índice glicémico (arroz, patata, pan, pasta y maíz), ejercicio físico moderado de forma regular y evitando el sobrepeso y la obesidad.
En conclusión, es muy importante que nos concienciemos de la gran repercusión que representa para nuestra salud tener un nivel correcto de glucosa en sangre, para prevenir futuros problemas cardiovasculares. Tanto médicos como pacientes debemos concienciarnos de las graves repercusiones que acarrean unos niveles, aunque sean ligeramente elevados, de glucosa en sangre.