¡Feliz navidad a todos!
La verdad es que no he encontrado un post apropiado a estas fechas, entre otras cosas porque en navidad la gente, médicos y científicos incluidos, aprovecha para hacer un pequeño descanso y eso contribuye a que no haya tanta información circulando sobre nuevos estudios.
Pero, finalmente, he leído uno que sé os va a interesar y además se ha publicado justo antes de estas navidades.
Al poco tiempo de empezar con este blog, en noviembre del 2014, publiqué un post sobre este tema titulado ¿Es la frecuencia cardiaca un indicador de nuestra esperanza de vida?. Volví a escribir sobre el tema en marzo del año pasado.
Es un tema que siempre me ha interesado. He atendido a muchos pacientes en mi consulta preocupados por tener pulsaciones elevadas en reposo; más que las de la gente que los rodea. Y no sabían si esto era un problema, si tenían más riesgo de tener un problema cardiaco o si podían hacer ejercicio físico.
Desde entonces, he revisado gran cantidad de información al respecto y no hay información que nos anime a tomar alguna actitud terapéutica sobre personas con elevadas frecuencias cardiacas en reposo sin aparente enfermedad cardiaca.
El reciente estudio que quiero contaros vuelve a apuntar sobre lo que ya conocemos.
Las personas con frecuencias cardiacas más elevadas en reposo tienen una mayor mortalidad, también de otras causas no cardiovasculares. Por ejemplo; de cáncer de mama, colon o de pulmón. Además, los aumentos temporales de la frecuencia cardiaca también se asocian a un mayor riesgo, especialmente si se eleva más de 15 latidos por minutos sobre su frecuencia normal en reposo.
Otro meta-análisis reciente del pasado mes de junio también relaciona frecuencias cardiacas elevadas en reposo con un aumento de cardiopatía isquémica (infarto, angina), muerte súbita cardiaca, insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular, ictus, cáncer y mortalidad de cualquier causa.
También tenemos estudios que nos dicen que los pacientes que han sufrido un ictus o una insuficiencia cardiaca tienen una peor evolución y un mayor riesgo posterior si tiene frecuencias cardiacas elevadas.
Y ahora, ¿qué hacemos con toda esta información?
Pues la verdad es que continuamos sin saberlo.
Parece que la elevación de la frecuencia cardiaca en reposo es, en muchos casos, simplemente un indicador de que algo va mal. Es decir; como tener fiebre. También parece que los pacientes que tienen alguna enfermedad tienen mayor mortalidad y riesgo de complicaciones si aumentan sus pulsaciones en reposo
Pero entonces, ¿que pasa con las personas sanas que viven muchos años con pulsaciones más elevadas que la media? ¿tienen también un mayor riesgo futuro? y sobre todo ¿podemos o debemos hacer algo para disminuir esas frecuencia cardiacas elevadas?
Eso es lo que no sabemos con certeza. No existen estudios que nos indique que disminuyendo con fármacos esas pulsaciones elevadas vayamos a disminuir el riesgo de esas personas, excepto en la insuficiencia cardiaca o en algunas situaciones de la cardiopatía isquémica.
¿Qué pasa en todas las demás situaciones?
Pues parece que disminuir la frecuencia cardiaca, con medicación, no reporta ningún beneficio. Incluso existen indicios que apuntan a que el riesgo puede aumentar con el tratamiento.
Como conclusión, decir que tener frecuencias cardiacas elevadas en reposo confiere un mayor riesgo de muerte por cualquier causa y que no existen indicios que apoyen la idea que disminuir esa frecuencia cardiaca mediante tratamientos con fármacos vaya a disminuir ese riesgo.
Así que, de momento, para los que tengáis frecuencias cardiacas en reposo algo más elevadas que la media, la única recomendación que os puedo hacer es que os hagáis una revisión para ver que todo está en orden y no existe una enfermedad que pueda ser la causante. Y si finalmente todo está en orden, seguid viviendo sin preocuparos de vuestras pulsaciones, disfrutando de la vida que tenéis y que se prolongará muchos años más.