La introducción, hace pocos años, del cigarrillo electrónico en nuestro país y en todos los países desarrollados, ha abierto numerosas cuestiones que intentaremos resolver.
¿Qué son los cigarrillos electrónicos? ¿Es inocuo el vapeo? ¿Es útil para el abandono del tabaco? ¿Existe una regulación especial similar a la del tabaco? ¿Qué es más perjudicial fumar o vapear?
¿Qué son los cigarrillos electrónicos?
Independientemente de su forma, los cigarillos electrónicos son dispositivos que tienen todos en común el estar diseñados para vaporizar una mezcla de propilenglicol, glicerol o ambos y de otros productos químicos (entre los que frecuentemente se encuentra la nicotina), pero que no contienen tabaco. Al no producirse combustión no se produce dióxido de carbono. La vaporización se consigue calentado la mezcla mediante una batería al aspirar el e-cigarrillo.
¿Es inocuo el vapeo?
Existe poca experiencia en cuanto a la seguridad del vapeo, ya que es muy reciente su implantación y por lo tanto sólo conocemos sus posibles efectos perjudiciales a corto plazo. Los que se pueden producir a largo plazo únicamente los podemos intuir.
A corto plazo:
Aunque la glicerina se considera segura para su consumo oral, se desconoce la seguridad de su consumo por vía inhalada. Sabemos que el vapeo produce casos de neumonía lipoide exógena por inhalación de glicerina y casos de fibrosis pulmonar (ambas enfermedades graves). También conocemos que la nicotina, presente en la mayoría de los cigarrillos electrónicos, es una potente sustancia psicoactiva de gran capacidad adictiva y un tóxico cardiovascular reconocido. Por otra parte, la nicotina aumenta el poder adictivo de la cocaína, lo que puede ser la puerta de entrada al consumo de otro tipo de drogas. Finalmente, la nicotina contenida en una recarga del e-cigarrillo puede llegar a ser letal en niños. Un niño de 30 kilos podría morir si ingiriese accidentalmente el contenido de un solo cartucho. En Estados Unidos, los casos de envenenamiento en niños, por las cargas de los cigarrillos electrónicos, se triplicaron de 2012 a 2013.
A largo plazo:
Como he dicho anteriormente, sólo podemos intuir sus efectos perjudiciales ya que los umbrales para la toxicidad de las sustancias potencialmente tóxicas del cigarrillo electrónico se desconocen.
Recientemente se ha comprobado que cuando el propilenglicol y el glicerol son calentados en presencia de oxígeno, a temperaturas que normalmente alcanzan los cigarrillos electrónicos, producen un derivado llamado formaldehído. Esta sustancia está reconocida como un carcinógeno de grupo 1, capaz de aumentar el riesgo de cáncer de 5 a 10 veces más que el tabaco.
¿Es útil para el abandono del tabaco?
Hoy en día no hay evidencia sólida que apoye la afirmación de que el vapeo facilita el abandono del tabaco.
Por una parte, dos estudios recientes sugieren que los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a reducir el consumo de tabaco en fumadores que lo han intentado por otros medios, sin conseguirlo.
Por otra parte, existen saborizantes (café, frutas, caramelo, cola, etc.) que están prohibidos en el cigarrillo convencional y sin embargo están frecuentemente incluidos en las cargas de los cigarrillos electrónicos. Estos son un reclamo para comenzar su utilización en una población que nunca antes había fumado, con un marketing especialmente dirigido a la gente joven. En distintos entornos se han publicado informes sobre el alarmante aumento de consumo de cigarrillos electrónicos en la población adolescente. Esta vía de experimentación podría ser una puerta de entrada al consumo posterior de tabaco.
También se está observando que la mayoría de fumadores, cada vez más, simultánea el consumo de cigarrillos con el vapeo, sin abandonar el hábito de fumar.
Por todo ello, la OMS y la Sociedad Española y Europea de Cardiología, entre otras, desaconsejan su uso para dejar de fumar.
¿Existe alguna regulación del cigarrillo electrónico?
Hasta hace muy poco tiempo el cigarrillo electrónico abrió un nuevo espacio de permisividad, desvirtuando otro logro importante de la Ley de Tabaco, y es que la población vea el hábito de fumar como algo nocivo.
- El Ministerio de Sanidad ha promovido un cambio legislativo que permite salir del vacío regulatorio. La Ley 3/2014 de 27 de marzo de 2014 incluye unas cláusulas adicionales a la Ley 28/2005 del tabaco que prohíben el uso de los cigarrillos electrónicos en centros de las administraciones públicas, en servicios, centros y recintos sanitarios, en instituciones docentes o formativas, en parques o zonas de juego para la infancia al aire libre y en cualquier tipo de vehículos de transporte público urbano e interurbano, así como en transporte marítimo, ferroviario o aéreo.
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También se prohíbe su publicidad en la emisión de programas dirigidos a menores de 18 años y durante 15 minutos antes o después de su transmisión.
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No se podrá ver su publicidad en la franja horaria de las 16:00 a las 20:00 y no podrán aparecer menores de 18 años.
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Finalmente, en ningún caso se les podrá atribuir una eficacia o indicaciones terapéuticas que no hayan sido específicamente reconocidas por un organismo sanitario competente.
¿Qué es más perjudicial, fumar o vapear?
Aunque la opinión generalizada es proclive a valorar el vapeo cómo menos perjudicial que el tabaco, lo cierto es que, como hemos expresado anteriormente, no se conocen los efectos a medio y largo plazo de la utilización del cigarrillo electrónico. Además, los recientes hallazgos sobre el poder cancerígeno del vapeo, que podría ser superior al del tabaco, hace más difícil que esta creencia pueda seguir vigente.
En conclusión: El cigarrillo electrónico supone un riesgo para la salud pública y no debe considerarse como útil para dejar de fumar o beneficioso para la salud en comparación al tabaco, hasta que no haya evidencia sólida que lo corrobore.