Actualmente se encuentra en fase de experimentación la llamada vacuna AT04A contra la convertasa de proteínas subtilisina/kexina 9 (PCSK9).
¿Y qué es esto?
Para explicarlo es necesario un poco de jerga científica.
La PCSK9 se trata de una proteína que se une a los receptores hepáticos encargados de degradar el LDL-colesterol. Al producirse esta unión dejan de estar disponibles para captar más particulas LDL-c, disminuyendo su degradación y aumentando, por lo tanto, los niveles de este colesterol “malo” en sangre.
Desde hace años se conoce que existen mutaciones del gen que codifica la formación de esta proteína que producen PCSK9 no funcionante. Es decir; no es capaz de unirse a los receptores hepáticos dejándolos disponibles para aumentar importantemente la degradación del LDL-c. Los individuos portadores de esta mutación presentan un riesgo hasta un 88% menor de padecer un evento cardiovascular.
Los individuos portadores de dicha mutación llegan a tener niveles de LDL-c inferiores a 15 mg/dl, cuando los recién nacidos presentan 70 y los adultos sin problemas de colesterol hasta 100 mg/dl. Los portadores de esta mutación presentan estos niveles tan bajos de colesterol sin ningún problema de salud derivado.
Este hallazgo dio lugar inicialmente a la investigación que desarrolló fármacos contra la PCSK9 que ya se encuentran en el mercado (Praluent, Repatha), aunque a precios muy elevados y con necesidad de administrarse dos veces al mes. En la actualidad se encuentra en fase de experimentación una vacuna capaz de producir anticuerpos frente a la PCSK9, que sólo sería preciso administrar una vez al año.
Se espera que esta vacuna podría estar disponible para la población general entre los años 2023 y 2025. La utilización masiva en adultos de esta vacuna podría disminuir más de un 80% los eventos cardiovasculares (infarto de miocardio e ictus), que son las enfermedades que producen mayor número de muertes en los países desarrollados.