Varios estudios realizados con anterioridad asocian la aparición de enfermedades cardiovasculares, sobre todo cardiopatía isquémica (Infarto de miocardio), a trabajar durante muchas horas. Sin embargo, los datos disponibles eran, hasta la fecha, imprecisos y difíciles de interpretar por diferentes variables que podían llevar a errores en la interpretación de los datos y por lo tanto en las conclusiones.
Según el reciente estudio publicado en la revista médica The Lancet, trabajar muchas horas semanales está fuertemente asociado con padecer un ictus y presenta una asociación más débil con sufrir un infarto de miocardio.
El meta-análisis fue realizando recopilando los datos de más de 40 estudios en los que se incluyeron más de un millón de pacientes de Europa, Estados Unidos y Australia que fueron seguidos una media de entre 7 y 8 años.
El riesgo de padecer un problema cardiovascular aumentaba según lo hacían las horas de trabajo a la semana. Así, si se trabajaba de 41 a 48 horas el riesgo aumentaba un 10%, pero si se trabajaba más de 55 horas el riesgo se triplicaba.
Dicho riesgo era igual entre hombres y mujeres. Tampoco había diferencias según la zona geográfica en que trabajaran.
Se detectó una fuerte asociación entre la posibilidad de presentar un infarto de miocardio, trabajar muchas horas y un nivel socioeconómico bajo, a diferencia de los individuos con alto nivel socioeconómico que aunque trabajaran el mismo número de horas presentaban un riesgo menor.
Además del alto nivel de estrés que suele producir trabajar un elevado número de horas, la inactividad física asociada y un elevado consumo de alcohol que se tiende a asociar a personas con prolongadas jornadas de trabajo, pueden contribuir a la aparición de estos eventos cardiovasculares.
También se ha comprobado que los sujetos que trabajan muchas horas tienden a pasar por alto síntomas que podrían avisar del inicio del problema y tardan más en buscar asistencia médica que los individuos que trabajan una jornada laboral estándar.
En conclusión: trabajar un elevado número de horas a la semana se asocia a un importante aumento del riesgo de padecer un problema cardiovascular grave. Por lo tanto, si es posible, es conveniente reducir dicho número de horas. Si no es posible esa reducción, sería muy importante llevar un estricto control del resto de factores de riesgo cardiovascular.