Desde hace años se considera que un metabolismo acelerado es más saludable porque produce una mayor pérdida de peso que un metabolismo más lento.
De hecho, todos conocemos las recomendaciones de comer al menos 5 veces al día, con el fin de mantener un metabolismo más acelerado y así lograr una mayor pérdida de peso.
Los favorables a esta actitud argumentan que si comemos menos veces al día nuestro cuerpo entra en modo de ahorro de energía, nuestro metabolismo desciende y nos es mucho más difícil perder peso.
Un nuevo estudio, publicado en Cell Metabolism sugiere que la clave, realmente, es comer menos y enlentecer nuestro metabolismo.
La restricción calórica ha demostrado en numerosos modelos animales que es capaz de aumentar la esperanza de vida, libre de enfermedades crónicas y favorecer un estado físico y mental más juvenil.
En el presente estudio, realizado en 53 adultos no obesos, se consigue, al cabo de 2 años, una restricción calórica de un 15%, lo que les lleva a una pérdida de 8 Kg, respecto a una ganancia de 1.8 Kg en el grupo control. Pero lo más llamativo es que experimentan una adaptación de su metabolismo basal, ralentizándolo y disminuyendo el gasto de energía más de lo esperable por la la pérdida de peso obtenida. Esta adaptación metabólica se acompaña de una disminución del eje tiroideo (de la T3 y T4, sin cambios en la TSH) y de los productos resultantes del estrés oxidativo, lo que es congruente con las teorías de la tasa de la vida y con la del daño por estrés oxidativo.
Las Teorías de la tasa de la vida que Max Rubner postuló en 1908, Pearl en 1928 y la de Kleiber en 1930 (también llamada curva ratón – elefante) vienen a decir algo muy similar: cuanto más pequeño es un organismo tiene un metabolismo más elevado y vive menos que otro de mayor tamaño con un metabolismo más lento. Esta teoría también enlaza con que frecuencias cardiacas más elevadas acortan la esperanza de vida y la más lentas la alargan. De hecho Kleiber destacó el hecho de que el corazón del ratón y del elefante laten un número muy similar de veces a lo largo de sus vidas. Este científico suizo enunció su ley que viene a decir que el metabolismo es igual a la masa elevada a la potencia de tres cuartos. Es decir; cuando la masa va aumentando el metabolismo va dismuyendo y la esperanza de vida aumentando.
Por otra parte, Denham Harman propuso la teoría de los radicales libres en 1950, vinculandola con el proceso de envejecimiento. Según esta teoría, envejecer se produce por el acúmulo de radicales libres liberados por las mitocondrias por los los procesos metabólicos. Por lo tanto, cuando más actividad tiene un metabolismo más acumulación de radicales libres, favoreciendo un envejecimiendo más temprano.
Los autores del presente trabajo concluyen que los organismos más eficientes en utilizar la energía deberían experimentar la mayor longevidad. Estudios observacionales en humanos llegan a la conclusión que cuanto mayor es la actividad metabólica existe un mayor riesgo de presentar enfermedades y es un predictor de mortalidad precoz.
Por lo tanto, cualquier intervención encaminada a descender el metabolismo, el estrés oxidativo y optimizar la utilización de la energía, como la restricción calórica crónica (por ejemplo, en el ayuno intermitente) llevarán a un envejecimiento más lento y saludable y a una mayor esperanza de vida.