Los individuos con trabajos por turnos, que suponen cambios frecuentes en los horarios del sueño (personal sanitario, bomberos, policía,…) son más propensos a desarrollar síndrome metabólico, enfermedad coronaria y diabetes tipo 2 que los empleados con turnos diurnos regulares. Sin embargo, no estaba totalmente aclarado si se debía a los cambios del ritmo circadiano o estaba asociado a pocas horas de sueño, mala calidad del mismo o a otras alteraciones asociadas a estos cambios en el patrón día / noche.
Según un estudio publicado en noviembre del 2015, los cambios en los horarios del sueño suponen en sí mismos cambios metabólicos que implican un aumento del riesgo de desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Todas las personas tenemos un cronotipo propio. El matutino, madrugador o alondra son los individuos que presentan máximas capacidades por la mañana. Tienden a madrugar y acostarse pronto. En el polo opuesto está el de los vespertinos trasnochadores o búho, que tienen el rendimiento máximo durante la tarde-noche. Prefieren acostarse y levantarse tarde. Cada uno de estos grupos engloba al 25% de la población, mientras que el 50% restante, más flexible, lo conforma el grupo intermedio o colibrí, que se coloca en una posición equidistante de estos dos. Cada uno de los grupos suele dormir la misma cantidad de horas (entre 7 y 8) pero los hacen en periodos de tiempo distintos.
En este estudio se estableció el cronotipo del individuo y se identificó lo que se llamó «jet lag social»; es decir la discrepancia entre el ritmo circadiano o cronotipo propio del sujeto y los periodos de sueño impuestos por sus obligaciones sociales. Por medio de un actígrafo (pulsera con acelerómetro), se midió la diferencia en minutos de los tiempos medios de sueño y actividad durante los días de trabajo y los comparó con los días de descanso.
Casi el 85% de los individuos presentaba un punto medio (midsleep) más tardío en su ciclo de sueño en los días libres en comparación con los días de trabajo. El otro 15% tenía un «midsleep» anterior en los días libres que en los días de trabajo.
Los sujetos que tenían una mayor desalineación o desfase entre el «midsleep» de su cronotipo y el impuesto socialmente tendían a presentar un HDL-colesterol (el colesterol bueno) más bajo, niveles más elevados de insulina en ayunas, mayor índice de masa corporal con mayor circunferencia de cintura y una resistencia a la insulina superior que los que tenían menos «jet lag social».
Todos estos hallazgos se asocian a un incremento del riesgo cardiovascular.
Por lo tanto, se debería dar a los empleados la posibilidad de poder participar en la estructuración de sus horarios y realizar políticas para alentar a los empleadores a considerar estas cuestiones, ya que podrían existir beneficios de la salud asociados a conseguir la mayor adaptación posible entre las obligaciones sociales y el cronotipo del individuo.