Se ha demostrado que la realización de ejercicio físico moderado de forma regular, mejora la calidad y la esperanza de vida. Sin embargo, existen datos recientes que nos hacen pensar que NO cualquier práctica deportiva es necesariamente saludable.
Entonces, ¿qué deporte debemos evitar?
En lugar de hablar de qué deporte específico deberíamos evitar, mejor vamos a hablar de qué práctica deportiva puede ser perjudicial. Pero antes, ofreceremos algunos datos:
Existe evidencia científica de que la práctica de un deporte de resistencia y de alta intensidad, se asocia a un incremento del riesgo de padecer una fibrilación auricular (arritmia cardiaca frecuente). Por ejemplo: corredores de maratón, ciclistas de montaña, etc. En estos deportistas se detectan cambios perjudiciales (inflamación y fibrosis) a nivel de las aurículas (cavidades del corazón donde se origina este tipo de arritmia). Estas alteraciones mejoran al cesar la práctica deportiva y la arritmia suele desaparecer.
- Un estudio del Dr.Brugada de 2011 en ratones, constataba que el ejercicio de resistencia continuado durante años, puede provocar alteraciones en la estructura cardiaca, perjudicar la función de los ventrículos y favorecer la aparición de arritmias.
- Otro estudio del Dr. André La Gerche del 2012 , sugiere también que dicho tipo de deporte puede empeorar la función del ventrículo derecho. El autor señala que en algunos deportistas se detectan cambios estructurales crónicos y alteraciones permanentes de la función del ventrículo derecho. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, la recuperación suele ser completa al cesar el esfuerzo.
- El estudio Masters Running Study de abril 2014 del Dr. Matsumura, encuentra que un régimen moderado de carrera (2 ó 3 horas a la semana) es mejor para prolongar la vida que un nivel de ejercicio mayor. De hecho, afirma que la población que no realiza ningún ejercicio físico y los que entrenan largas distancias tienden ambos a tener una menor expectativa de vida que los que realizan un ejercicio moderado.
Todos estos estudios y muchos más que están en marcha, parecen derrumbar la vieja creencia de «cuanto más mejor». Al contrario, parece ser que a partir de un determinado nivel de ejercicio físico las ventajas inicialmente obtenidas, desaparecen y pueden incluso volverse en contra.
¿Existe un nivel mínimo de ejercicio para beneficiarse de sus efectos saludables?
El ejercicio físico óptimo parece encontrarse entre los 30 y 40 minutos diarios o 2 horas y media a la semana de ejercicio moderado. También 75 minutos semanales de ejercicio físico intenso demuestra un beneficio similar. En todo caso, lo que no parece recomendable es superar una hora de ejercicio físico intenso por sesión.
Recientes estudios demuestran que deportistas de baja-moderada intensidad se benefician de un menor riesgo cardiovascular y de una mayor esperanza de vida. Como por ejemplo:
- Los que sólo realizan 10 minutos diarios de carrera lenta (a menos de 10 Km/h).
- Los que corren menos de 10 Km a la semana.
- Los que sólo corren una o dos veces a la semana.
Por lo tanto, la excusa de “no tengo tiempo para hacer ejercicio» ya no se sostiene. Tiempos muy cortos de ejercicio demuestran ser beneficiosos. En este caso, «algo es mejor que nada»
En conclusión:
- La idea de que hacer ejercicio “cuanto más tiempo y a mayor intensidad mejor” es falsa. De hecho, puede ser perjudicial.
- Está demostrado que niveles moderados de ejercicio aumentan la esperanza de vida, incluso bajos niveles de ejercicio también son saludables y disminuyen el riesgo cardiovascular.