Parece que todos sabemos que comer demasiados huevos, consumir leche o carne roja puede ser perjudicial para nuestra salud cardiovascular. De la misma forma, tenemos conocimiento de que el consumo de pescado azul es beneficioso. Pero, ¿que hay de cierto en todo esto?
Con anterioridad, ya he hablado en diferentes post (1, 2, 3) sobre este particular, pero nunca se había realizado un estudio prospectivo amplio sobre esta cuestión.
El paso mes de mayo, la prestigiosa revista médica Circulation publicó las respuesta a estas preguntas, basándose en una población de 409.885 hombres y mujeres, distribuidos en 9 países europeos, en los que analizaron, de forma prospectiva y durante 12 años, diferentes parámetros. Entre ellos los que ahora nos ocupan.
Se estudió la influencia del consumo de carne roja y procesada, carne de ave, leche, yogurt, queso, huevos y pescado azul en la incidencia de infarto agudo de miocardio y de muerte por cardiopatía isquémica. Durante ese periodo de tiempo 7.198 personas sufrieron un infarto o murieron a consecuencia de la enfermedad.
Una vez analizados los datos referentes a la alimentación de la población, se encontró que la incidencia de la cardiopatía isquémica era significativamente superior en los que consumían una mayor cantidad de carne roja y carne procesada e inferior en los que consumía queso y también, dudosamente, en los que consumían huevos y yogurt. No se halló ninguna asociación del riesgo de padecer cardiopatía isquémica con el consumo de carne de ave, leche ni pescado.
El consumo de carne roja y procesada también se asoció a unos mayores niveles plasmáticos de colesterol no-HDL (el perjudicial) y de presión arterial sistólica. Por el contrario, el consumo de queso se relacionó con unos niveles inferiores de no-HDL colesterol.
En conclusión: de este estudio es posible extraer la conclusión de que el consumo de carne roja y de carne procesada es perjudicial para nuestra salud. En cambio el consumo de huevos, yogurt y queso podría tener un efecto favorable.