Con ocasión del reciente Maratón de Sevilla, que se corrió el pasado domingo, vamos a recordar la necesidad de la realización de un estudio cardiológico previo, para realizar estas pruebas con la mayor seguridad posible.
La muerte súbita durante la realización de ejercicios extenuantes y prolongados es una complicación no excepcional y con una frecuencia creciente, dado las edades cada vez más avanzadas de los deportistas que realizan este tipo de competiciones. El riesgo de padecer un evento cardiovascular fatal oscila entre uno cada 7.500 hasta uno cada 200.000 participantes, siendo más elevada en corredores ocasionales.
Sin embargo, según el reciente registro RACE de París, si el paciente ha sido sometido a un estudio previo per-participación deportiva, como exige la legislación francesa, la probabilidad de padecer un evento cardiovascular grave es realmente muy rara.
Este registro incluye a 511.880 corredores de maratón o de media-maratón, de los cuales sólo 17 presentaron un evento cardiovascular grave (uno de cada 30.000), siendo mortales sólo 2 (uno de cada 250.000).
La causa predominante del evento grave fue el infarto de agudo de miocardio (1.6 por 100.000) del cual no falleció ninguno de los deportistas, dada la rápida actuación del personal sanitario de la competición. Estos deportistas presentaron una parada cardiaca susceptible de ser tratada con un desfibrilador. Todos ellos permanecieron sin síntomas al mes de producirse el evento grave, excepto uno que presentaba daño neurológico residual a la parada cardiaca prolongada.
Según el metanálisis, en el que se incluyeron 6 estudios de este tipo, con mas de 12.500.000 corredores, la inmensa mayoría de fallecimientos (61) se produjeron cuando la parada no era tributaria de tratamiento con desfibrilador y cuando la causa era diferente al infarto de miocardio.
Los deportistas que presentaron estos eventos graves fueron mayoritariamente varones, con edad media de 43 años, con uno o ningún factor de riesgo cardiovascular y cuatro incluso con test de esfuerzo previo normal. Por otra parte, tres de ellos presentaron síntomas anormales previos a la carrera (falta de aire con el esfuerzo con disminución del rendimiento) que podrían haber alertado al corredor.
Los eventos se produjeron durante toda la competición, aunque con mayor incidencia hacia el final de la prueba, sin detectarse diferencias entre la Maratón o la media Maratón.
La causa más frecuente fue el infarto de miocardio, fundamentalmente en mayores de 35 años. Por el contrario, en pacientes más jóvenes esta causa fue excepcional, siendo más frecuentes problemas genéticamente condicionados (canalopatías, cardiopatía congénitas, miocardiopatías, miocarditis,…)
En conclusión: es excepcional morir durante una competición deportiva de resistencia si se realiza un estudio médico previo pre-participación deportiva y la organización del evento cuenta con los medios sanitarios suficientes para la realización de una reanimación cardiopulmonar rápida.