La fatiga es una de las causas más frecuentes de consulta en mi día a día.
Pero, ¿qué entendemos por fatiga?
Con el término fatiga podemos referirnos a diferentes síntomas:
- A que estamos cansados (astenia sería su término médico).
- A que nos falta la respiración (en este caso hablaríamos de disnea).
- Incluso a que sentimos náuseas.
¿Es importante hacer esa diferencia?
Si. La astenia (el cansancio generalizado) puede obedecer a múltiples causas que no suelen estar en relación con problemas cardiacos ni con problemas urgentes. Puede ser producida por ejemplo por:
- Anemia.
- Problemas musculares.
- Sedentarismo.
- Hipotiroidismo.
- Ansiedad / depresión.
- Etc.
Por el contrario, la disnea (la falta de respiración) sí puede estar causada por problemas de importancia, varios de ellos de origen cardiaco.
Las causas más frecuentes de disnea son:
- Ansiedad.
- Obesidad.
- Falta de forma física.
- Anemia.
- Insuficiencia cardiaca.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
- Asma bronquial.
- Tromboembolismo pulmonar.
- Neumotórax.
- Neumonía.
- Otras enfermedades pulmonares.
¿Cómo podemos diferenciar la sensación de falta de aire producida por ansiedad de la producida por otras causas de mayor importancia?
Típicamente, la sensación de falta de respiración relacionada con la ansiedad se describe como “no puedo llenar completamente el pecho de aire” o “no me entra todo el aire en el pecho”. En este caso, la frecuencia respiratoria es normal; en adultos entre 12 y 20 respiraciones por minuto. En esta situación, la “falta de aire” no suele empeorar si se realiza un ejercicio físico ligero.
La falta de respiración producida por un problema físico, ya sea cardiaco o pulmonar, se acompaña siempre de un aumento de la frecuencia respiratoria y empeora con los esfuerzos físicos (incluso con los ligeros). Es decir; experimentamos la misma sensación que tenemos al terminar de hacer un ejercicio intenso.
¿Existen formas de saber si la disnea está en relación a un problema pulmonar o a uno del corazón?
Sin una valoración médica del paciente, no es posible asegurar cuál es la causa de la disnea. Existen indicios que apoyan el diagnóstico en uno o en otro sentido:
De origen pulmonar:
- Si se acompaña de tos persistente.
- Si se expulsa sangre al toser (hemoptisis).
- Si existen antecedentes de ser un gran fumador.
- Si se acompaña de fiebre.
- Si se presenta junto a dolor torácico que varía con la respiración (lo que denominamos de tipo pleurítico).
- Si existe un alargamiento importante de la fase en la que expulsamos el aire (espiración alargada).
De origen cardiaco:
- Si se acompaña de un aumento de la cantidad de orina diaria, sobre todo por la noche (es lo que los médicos llamamos poliuria con nicturia)
- Si empeora al tumbarse. Para poder mejorar la respiración es necesario levantar la cabecera de la cama o poner varias almohadas (lo que los médicos llamamos ortopnea, común también en enfermedades pulmonares).
- Si se hinchan los tobillos.
- Si se acompaña de palpitaciones rápidas.
- Si aparece junto a dolor en el pecho, opresivo y que no varía con la respiración.
- Si se asocia a cifras muy altas de tensión arterial (mayores de 200/120 mmHg)
En resumen: consulte rápidamente a su médico si le falta la respiración. Aunque frecuentemente es debida a problemas como la ansiedad o la falta de forma física, siempre requiere ser valorada por un médico para descartar la existencia de algún problema importante.