Aprovechando la vuelta de vacaciones y el reciente congreso de la ESC (European Society of Cardiology) no puede haber otro momento mejor para insistir, hasta la saciedad, en los beneficios de realizar una actividad física moderada de forma continuada.
No es necesario ganar un Ironman o hacer un triatlón. Ni siquiera correr. Tan sólo caminar, a ser posible a un buen ritmo y con regularidad es suficiente para reducir en un 30% la posibilidad de padecer un evento cardiovascular y en un 50% la posibilidad de morir por un problema de ese tipo.
Estas son las conclusiones del The National FINRISK Study, presentadas en el recientemente concluido congreso de la ESC de Roma por Antikainen y colaboradores, sobre el seguimiento en una media de 12 años sobre 2.500 adultos de entre 65 y 74 años.
Desde inicio de este año, ya tenemos dos importantes estudios que apoyan la recomendación de realizar ejercicio físico moderado como una excelente medida para prevenir problemas cardiovasculares, ambos realizados en mujeres.
El primero de ellos en mujeres postmenopáusicas y al que hice referencia en el post del 23 de marzo y el segundo en mujeres de entre 27 y 44 años de edad, incluidas en el Nurses’ Health Study II.
Por otra parte, hace ya más de 1 año, en un post del 1 de abril de 2015, exponíamos los riesgos de permanecer sentados, que eran independientes del nivel de ejercicio físico que realizáramos.
Este año también se han publicado las advertencias de la AHA (American Heart Association) sobre los riesgos del sedentarismo. Según la evidencia acumulada de diversos estudios prospectivos, el hábito sedentario puede ser un factor de riesgo para desarrollar diabetes Mellitus y enfermedad cardiovascular, así como también para un aumento de la mortalidad cardiovascular y también de cualquier causa.
Como conclusión a todo lo expuesto, cada día está más claro que si queremos vivir más tiempo y en mejores condiciones, debemos hacer nuestro el lema que propone la AHA: “Siéntate menos y muévete mas”