En los últimos años hemos visto aumentar de forma espectacular los individuos que realizan ejercicio físico, de resistencia, de alta intensidad (triatlón, maratón, Iron man…). Teníamos datos contradictorios sobre si niveles muy altos de ejercicio de resistencia podían ser perjudiciales para la salud; ya que algunos estudios apuntaban a un mayor riesgo de arritmias o de muerte súbita por el remodelado eléctrico y miocárdico asociado al ejercicio de muy alta intensidad.
Recientemente, se ha publicado un estudio prospectivo en la revista JAMA que trata de aclarar que grado de ejercicio es más beneficioso y si la realización de un alto nivel de ejercicio pudiera ser prejudicial.
Para ello, los autores analizan más de 600.000 individuos europeos y estadounidenses, con una edad de media de 62 años, teniendo en cuenta su nivel de ejercicio físico semanal, para saber si existían diferencias en la mortalidad según los diferentes niveles de actividad física.
Como base del análisis del ejercicio semanal se basaron en las recomendaciones de las Guías de actividad física para americanos publicadas en el 2008, en las que se recomendaba un mínimo de 150 minutos a la semana de ejercicio de moderada intensidad o 75 min de ejercicio intenso.
Según los resultados obtenidos, los que realizaban cualquier nivel de ejercicio, incluso menor del ejercicio mínimo recomendado, tenían un 20% menos de mortalidad que los individuos sedentarios. El mayor beneficio (39%) se obtenía cuando se realizaba entre 3 y 5 veces el ejercicio mínimo recomendado. A partir de entonces el beneficio disminuía discretamente, aunque se continuaba evidenciando disminuciones de la mortalidad del 31% en los sujetos que realizaban más de10 veces el ejercicio mínimo recomendado. No se detectó aumento de la mortalidad en este último grupo.
Tanto el ejercicio moderado como el intenso se beneficiaban de este aumento de la supervivencia.
También fue posible determinar que la disminución de la mortalidad, no solo se expresaba desde el punto de vista cardiovascular, sino también con el cáncer.
En el presente estudio, se encuentra el menor riesgo de mortalidad entre los corredores de largas distancias y durante largos periodos de tiempo, así como, por ejemplo, entre los ciclistas del Tour de Francia. Por esta razón, no debe ser causa de alarma la actual tendencia del aumento de los participantes en maratones o en triatlones, al menos en lo que respecta a la mortalidad.
Como conclusión: cualquier nivel de ejercicio físico es beneficioso, alcanzando un máximo beneficio cuando se realiza entre 7 y 12 horas de ejercicio moderado o entre 4 y 6 horas de ejercicio intenso a la semana. Ejercicios físicos muy intensos y prolongados no aumentan la mortalidad.