Los coxib aumentan el riesgo cardiovascular en mayor medida que la mayoría de los AINEs clásicos.
En el post publicado hace algo más de un año sobre el ibuprofeno, hacíamos un repaso sobre el grupo de fármacos denominado AINEs (analgésicos / antiinflamatorios no esteroideos) y concluíamos que el ibuprofeno y prácticamente todos los medicamentos de su grupo aumentaban el riesgo de padecer un problema cardiovascular grave y que si tenían que ser utilizados, se debía tener en cuenta el riesgo de base del paciente y se debían utilizar durante el menor tiempo posible y con la menor dosis efectiva.
Hoy en día, existe un grupo de medicamentos que están imponiéndose a los AINEs tradicionales y son los inhibidores selectivos de la ciclooxigenasa-2 o también llamados coxib (meloxicam, rofecoxib, celecoxib, parecoxib, etoricoxib y valdecoxib). Los AINEs, inicialmente eran inhibidores no selectivos de la COX. Con posterioridad se evidenció que si se lograba inhibir tan sólo la isoforma 2 disminuían los efectos gastrolesivos, manteniendo la eficacia analgésica y antiinflamatoria. De ahí que estos fármacos se han ido prescribiendo cada vez en mayor medida.
¿Pero, qué ocurre con el riesgo cardiovascular? ¿Son mejores, peores o iguales que los antiinflamatorios clásicos?
Por una parte y aunque es cierto que los coxib tienen menos riesgo de producir complicaciones gastrointestinales, también presentan un aumento de 1.8 veces con respecto al placebo; mucho menor que el de los inhibidores no selectivos, como el ibuprofeno (4 veces más) y el naproxeno (4.2 veces).
Por otra parte, parece claro que tanto el diclofenaco como los cox-2 más modernos aumentan el riesgo cardiovascular de los pacientes que sigue tratamiento con ellos, siendo esta circunstancia mucho más peligrosa en pacientes con un mayor riesgo cardiovascular de base. Es decir; en pacientes con enfermedad cardiovascular conocida, con hipertensión arterial, con diabetes, dislipemia o en fumadores. De hecho, algunos coxib (rofecoxib y valdecoxib) fueron retirados del mercado de algunos países porque se concluyó que el riesgo cardiovascular para paciente era mayor que los beneficios obtenidos.
En contraposición, los AINEs con mayor mayor capacidad gastrolesiva, por inhibición de ambas isoformas de la COX, el ibuprofeno y sobre todo el naproxeno, se consideran alternativas razonablemente seguras desde el punto de vista cardiovascular. Aunque se sugiere que el efecto gastrolesivo de estos fármacos puede ser atenuado tomando inhibidores de la bomba de protones (ejem. omeprazol), existen trabajos recientes que asocian también a este grupo de fármacos (inhibidores e la bomba de protones) un aumento del riesgo cardiovascular como también plasmé en el post de junio del año pasado.
El pasado mes de marzo publicaron las recomendaciones de la Sociedad Europea de Cardiología sobre el uso de coxib:
- La prescripción de coxib requiere una evaluación cuidadosa en cada caso sobre el riesgo de complicaciones cardiovasculares y el riesgo de sangrado digestivo.
- La venta de coxib debe acompañarse de una advertencia al paciente del peligro de sus frecuentes complicaciones cardiovasculares.
- Los coxib no deben utilizarse en pacientes con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Cuando se prescriban los AINEs tradicionales, los coxib antiguos como el diclofenaco deben evitarse, ya que no existe ninguna razón objetiva para su prescripción.