De todos es conocido que dentro de lo que que medimos en la sangre como colesterol total existen dos fracciones diferentes: el HDL-colesterol o colesterol bueno y protector y el LDL-colesterol o colesterol malo. Sabemos con seguridad que un nivel elevado en sangre de LDL colesterol de forma sostenida se asocia a un mayor riesgo de padecer problemas cardiovasculares y hasta ahora también pensábamos que un nivel de HDL colesterol elevado nos protegía de dichos problemas. Pero… ¿es realmente así?
Se considera al HDL-Colesterol como bueno porque es el unido a una lipoproteína encargada de recoger el colesterol de la sangre y llevarlo al hígado para degradarlo. Digamos que es la proteína encargada de limpiar el exceso de colesterol de la sangre. Por lo tanto, es lógico pensar que cuanto mayores sean sus niveles, menores serán los niveles circulantes del colesterol perjudicial.
También sabemos que unos niveles bajos de HDL-colesterol se asocian a un riesgo aumentado de padecer un problema cardiovascular. Sin embargo, hasta ahora no se han realizado estudios sobre las consecuencias de tener un HDL-colesterol muy elevado.
En un reciente estudio sobre 5.965 pacientes, publicado en el European Heart Jornal, los investigadores encontraron que los niveles de HDL-colesterol con respecto al riesgo cardiovascular presentaban una curva en forma de U, siendo los pacientes que tenía unos niveles de HDL intermedios (entre 41 y 60 mg/dl) los que tenían un menor riesgo cardiovascular, aumentando el riesgo tanto en cifras mayores como menores a ese rango.
Concluyeron, por lo tanto, que unos niveles elevados de HDL-colesterol se asocian de forma paradójica a un riesgo aumentado de eventos cardiovasculares en la población de riesgo, sugiriendo la existencia de un HDL disfuncionante, con una protección disminuida.
Como conclusión decir que si bien tener un HDL-colesterol bajo aumenta el riesgo cardiovascular, no está nada claro que tener un HDL-colesterol elevado tenga un efector protector, pudiendo incluso aumentar el riesgo.