En un artículo inicial publicado en 1997, el Dr. Norman Hollenberg comenzó una investigar la razón por la que la tensión arterial no aumentaba de forma significativa con la edad en el colectivo de los indios Kuna, del archipiélago de San Blas (Panamá), aunque su dieta era rica en sal. Constató que cuando esta etnia emigraba a la capital de Panamá, la tensión arterial comenzaba a aumentar, incluso sin modificar su consumo de sal ni engordar.
En otra publicación posterior, de 2007, Hollenber y su equipo llegaron a la conclusión de que era el cacao (un alimento rico en flavonoides, un antioxidante), que los indios consumían en cantidades importantes en su lugar natal pero no en la ciudad, el responsable de que continuaran con una tensión arterial normal.
Desde el 2005 tenemos múltiples estudios que nos indican que el consumo de chocolate no sólo disminuye la tensión arterial, sino que también disminuye el colesterol “malo”, mejora la función del endotelio de nuestras arterias y la sensibilidad a la insulina.
Ahora, un artículo prospectivo del pasado mes de junio da un paso mas y sugiere que el consumo diario de chocolate disminuye el riesgo de padecer problemas cardiovasculares (Infarto de miocardio e ictus), extendiendo el beneficio no sólo a los que consumían chocolate puro sino también a los que consumían chocolate con leche, que fue el más consumido en el estudio.
En conclusión: el chocolate no debe de ser prohibido en las dietas cardiosaludables, sino más bien incluido en las mismas, ya que que ha demostrado múltiples efectos beneficiosos para nuestro sistema cardiovascular.