No, parece que no lo está.
Existen componentes habituales de nuestra dieta que siempre han tenido mala fama. Hacen gala al dicho clásico de “cría fama y échate a dormir”. Tal es el caso del alcohol y del café. Nadie duda de que son no recomendables y que por lo tanto debemos evitar su uso, aunque no haya datos que soporten dicha creencia.
Hace poco tiempo escribí en esta misma web un post sobre los beneficios de consumir alcohol en cantidades moderadas. Ahora le toca el turno al vilipendiado café.
El café es la segunda bebida más consumida del planeta por detrás del agua. Es rica en antioxidantes, flavonoides y otras sustancias que pueden ser beneficiosas para el corazón.
Se han llevado a cabo múltiples estudios en los que parece que puede proteger del desarrollo de diabetes, Parkinson, cáncer de hígado, cirrosis hepática, Alzheimer y melanoma.
Hablamos de si lo tomamos sólo.
Otra cosa es si le añadidos condimentos que pueden hacer que ya no sea tan recomendable tomarlo. Me refiero a cuando lo mezclamos con azúcar o crema. En este caso, añadimos al café calorías y grasas saturadas que ejercen un efecto potencialmente perjudicial, favoreciendo el desarrollo de diabetes y de enfermedades cardiovasculares.
Si el café se toma sólo, el café es una bebida saludable.
¿Qué límite existe a partir del cual deja de ser una bebida saludable?
Pues si tomamos tantos cafés al día que nos provoca temblor, nerviosismo, insomnio o palpitaciones está claro que nos estamos pasando de dosis. Pero, aún así, incluso tomado 4 cafés al día, no se demuestra un efecto perjudicial para la salud.
¿El café sube la tensión?
Pues, depende.
Si no tomamos café de forma habitual, la ingesta de café aumenta ligeramente nuestra tensión arterial, aunque si lo consumimos de forma regular el efecto sobre la presión arterial no es apreciable. Por lo tanto, no tiene sentido prohibir su ingesta a pacientes hipertensos que lo consumen de forma regular.
¿Existe alguna situación en la que el consumo de café pueda ser perjudicial?
La única circunstancia en la que el consumo de café pudiera no ser aconsejable es en las mujeres gestantes. Existen indicios de que puede estar asociado a una probabilidad aumentada de aborto, ya que el café pasa la barrera placentaria y llega al feto.
Y desde el punto de vista cardiovascular, ¿tenemos datos?
Existen varios estudios sobre el efecto del café a nivel cardiovascular. Voy a destacar dos de ellos.
Un estudio publicado en Annals of Internal Medicine en 2008, concluye que el consumo de café de forma regular no está asociado a un aumento de la mortalidad, ni en hombres ni en mujeres. Incluso puede existir un modesto beneficio en cuanto a la mortalidad cardiovascular y por cualquier causa.
Otra publicación de este pasado mes de enero en la revista Heart demuestra que un consumo modero de café se asocia a un menor grado de enfermedad de las arterias coronarias.
En conclusión: El café, en cantidades moderadas, no sólo no es perjucicial, sino que incluso puede ser beneficioso en la prevención de varias enfermedades, disminuir la mortalidad cardiovascular y la mortalidad total.