Este es uno de los primeros post que publiqué al inicio de la andadura del blog.
Dada su importancia por las posibles consecuencias del cuadro y la gran cantidad de consultas que origina, he creído conveniente reeditarlo, para que pueda ser visto por el numeroso grupo de seguidores que se han unido recientemente al blog.
Espero que os sea de utilidad.
Es frecuente atender a pacientes que consultan por dolor en el pecho. Una vez en la consulta, muchos de ellos me comentan: “No sé muy bien por qué estoy aquí doctor, porque ya sé que el corazón no duele”.
Bueno, antes de nada, debemos aclarar que el corazón SÍ duele. Por supuesto que duele. Y si no, que se lo pregunten a cualquier conocido que haya tenido un infarto de miocardio.
Entonces… si tengo un dolor en el pecho, ¿quiere decir que estoy teniendo un infarto?
La gran mayoría de las veces no. Existen otras muchas razones por la que nos puede doler el pecho. Por ejemplo:
– Problemas óseos, musculares y nerviosos: son la causa más frecuente de dolores en el pecho.
– Suelen describirse como pinchazos. Varían frecuentemente con la respiración y con la posición. En ocasiones, el dolor también varía si presionamos sobre la zona.
– Problemas pulmonares: como el neumotórax, la neumonía, el tromboembolismo pulmonar.
– Enfermedades digestivas: hernia de hiato con reflujo gastroesofágico, úlcera gástrica, espasmo esofágico, entre otras.
– Alteraciones de la aórta: aneurisma y disección aórtica.
– Inflamación vírica del pericardio (la membrana que rodea al corazón): Pericarditis.
– Dolor psicosomático: en relación con ansiedad, depresión, estrés.
¿Y cómo podemos diferenciar el dolor del infarto de otro tipo de dolores sin gravedad?
Existe mucha variabilidad en cómo se percibe y se refieren los dolores, pero podríamos intentar dar unas pautas que nos permitan diferenciarlos.
1.- Un dolor NO es sugestivo de infarto o angina de pecho si:
– Es de tipo pinchazo.
– Varía con la respiración, con la postura o con la presión de la zona.
– Lo localizamos en un punto determinado (lo que los médicos llamamos “a punta de dedo”)
– Se localiza lejos del centro del pecho.
– Tiene una duración muy corta (menos de 1 minuto) o muy larga (de muchas horas o días)
– Es de ligera intensidad.
2.- Un dolor SI es sugestivo de infarto o de angina de pecho si:
– Aparece en el centro del pecho y en una zona más o menos amplia.
– Es de gran intensidad.
– No varía con la respiración, con los movimientos ni al tocar la zona.
– Se produce en relación a los esfuerzos y se calma con el reposo.
– Se acompaña de sudoración, ganas de vomitar o ganas de ir al cuarto de baño (¡ojo!, las crisis de ansiedad también pueden dar estos síntomas y no es un infarto)
– Si es un dolor continuo con una duración superior a 1 min. Típicamente entre 5 y 20 min en la angina de pecho y entre 30 min y pocas horas en el infarto.
– A diferencia de las crisis de ansiedad, en las que el paciente no para de moverse, en el infarto sólo desea permanecer quieto.
– Se acompaña de sensación de gravedad.
– Se irradia a brazos, cuello o mandíbula.
– Se se acompaña de la típica sensación de “no me entra bien el aire en el pecho”
Si bien esto es lo que refieren la gran mayoría de los pacientes, es cierto que existen cuadros totalmente atípicos: Ocasionalmente vemos en la consulta a pacientes que han presentado un infarto y no han sido conscientes de ello. Otros pacientes, refirieron molestias digestivas, malestar general o incluso, solamente dolor de muelas.
Por lo tanto mi consejo es el siguiente:
Consulte inmediatamente ante cualquier síntoma que transmita sensación de gravedad, con dolor o sin dolor.