Ya en la entrada de este blog que escribí en abril del 2015, hice una revisión sobre los diferentes tipos de aceites de oliva y de sus propiedades. También apuntaba múltiples indicios que sugerían el beneficio relacionado con el consumo de aceite de oliva.
Según un estudio presentado en el mes de marzo en las sesiones científicas del congreso de la American Heart Association Epidemiology, Prevention, Lifestyle and Cardiometabolic Health, los individuos que consumen al menos 7 gramos de aceite de oliva al día tienen una probabilidad un 21% menor presentar una enfermedad de las arterias coronarias y un 15% menor de presentar una enfermedad cardiovascular que los que no lo consumían. No se evidenciaba ese descenso si se analizaba la enfermedad cerebrovascular de forma aislada.
Los investigadores estimaron que sustituir 5 gramos de mantequilla, grasa láctea, margarina o mayonesa con aceite de oliva, se relacionaba con una disminución del riesgo de presentar una enfermedad cardiovascular entre un 5 y un 75 menor.
Los beneficios no se evidenciaron si se consumían otro tipo de aceites vegetales.
En conclusión, el consumo de aceite de oliva, que forma una parte fundamental en la dieta mediterránea y a diferencia de otros aceites vegetales, confiere una protección extra frente a la enfermedad cardiovascular.